Hace un año, autoridades públicas y agentes privados tenían el compromiso claro de poner en marcha el Mercado Alternativo de Renta Fija. Pero este proyecto era poco más que una ambición de futuro incierto. El objetivo del MARF es dotar a las empresas de tamaño medio de un mecanismo de financiación a largo plazo, alternativo a los tradicionales créditos bancarios. Favorecer la desintermediación bancaria es una forma de impulsar la modernización del tejido empresarial español y dotar de una nueva cultura a la gestión corporativa, que será imprescindible para consolidar la todavía muy incipiente y poco extendida recuperación económica. Hoy el MARF es ya una realidad. Tres empresas (Copasa, Tecnocom y Elecnor) han realizado emisiones que han sido admitidas a negociación en el mercado alternativo, por un volumen total de 100 millones de euros; 85 millones han sido emitidos en bonos a distintos plazos de vencimiento y 15 millones en pagarés. axesor ha sido la compañía elegida por estos tres emisores para certificar su solvencia. Así pues, el MARF va creciendo a paso firme. Precisamente, el director de axesor rating, Adolfo Estévez, intervino recientemente en un foro organizado en el periódico El Confidencial, convocado bajo el título Presente y Futuro del MARF. Este evento contó también con la participación de Gonzalo Gómez Retuerto, director gerente del MARF (perteneciente al holding Bolsas y Mercados Españoles (BME); Rafael Garcés, director de mercado de capitales de Bankia; Constantino Gómez, Socio de Arcano, asesor registrado del MARF; Ángel López-Corona, socio de Didendum, asesor registrado del MARF; José Luis Palao, socio de Garrigues; Juan Carlos Cid, socio de Deloitte, asesor registrado del MARF, y Alfredo Blanco, director financiero de Copasa.
Adolfo Estévez concretó durante el foro las tres incertidumbres que el debut de Copasa, la primera empresa en emitir, en diciembre de 2013, ha permitido despejar: “¿Podrá emitir deuda una empresa mediana? Sí; ¿Será a corto o a medio plazo? A medio plazo; ¿A qué coste? A un coste razonable”. La crisis no solo ha cerrado el grifo del crédito, sino que ha transformado para siempre el flujo de financiación bancaria. Como nuestro directivo recalcó durante la mesa redonda, los requisitos de solvencia exigidos a la banca tras los acuerdos de Basilea III y la propia coyuntura del sistema financiero español, con una creciente concentración en unas pocas entidades, “apuntan a que los costes de la financiación bancaria seguirán su ascenso especialmente en el largo plazo, que será penalizado más severamente por las nuevas reglas de capital (Basilea III)”. En el actual entorno, todo director financiero tiene la responsabilidad de valorar todas las opciones de financiación a la hora de planificar el endeudamiento de las empresas de las que son responsables. “En cinco años, no hay duda que el mix de financiación debe cambiar desde el actual 10% de financiación en mercados de capitales y 90% en banca, aunque no lleguemos al 80% de financiación vía mercados de capitales de EEUU, no podemos permitir continuar las histórica dependencia de la banca”, concluyó nuestro directivo. “Hay una enorme concentración en el sector bancario. Es muy importante tener una correcta estructura de capital para obtener un acceso mayor a diversas fuentes de financiación”, remachó Constantino Gómez (Arcano).
Hay un interés evidente en el MARF por parte de las empresas, así lo confirmó durante la ponencia el socio Garrigues, José Luis Palao. BME, consciente de que “sin financiación no hay crecimiento”, tal y como subrayó Gómez Retuerto, desde BME hemos sido extremadamente cuidadoso en que el MARF sea un mecanismo muy flexible, que otorgue a los potenciales emisores unas posibilidades de financiación prácticamente ilimitadas. Sin embargo, también hay cierto recelo y temor por parte del empresariado. “Hay miedo a la apertura. Desnudarse da pavor: la empresa tiene que proponer al mercado y tiene que lograr su aceptación; eso genera confusión”, explicó Juan Carlos Cid (Deloitte), que insistió en la necesidad de “aproximarse” a las empresas, para animarlas y asesorarlas en su camino hacia la renta fija.
La experiencia de Copasa, una empresa gallega de construcción embarcada en plena internacionalización de sus actividades, puede servir de referencia: el pasado 19 de diciembre fueron admitidos 50 millones de euros en bonos al 7,5% con vencimiento en cinco años. “Éramos conscientes del interés, nuestra financiación media es del 5%. Pero la pregunta que hay que hacerse es ¿qué coste implica renovar una cuenta cada seis meses o cada año?”, relató Alfredo Blanco. El director financiero de Copasa aseguró que la emisión en el MARF ha proporcionado a la compañía estabilidad a largo plazo y una profundidad en la financiación que es perfectamente compatible con el mantenimiento de una buena relación con el ‘pool bancario’, que dota recursos para el más corto plazo.
Y la emisión puede ser, además, el comienzo de una larga asociación con los mercados de capitales. Así, el director de axesor rating recordó que “una de las ventajas del MARF es que da a conocer en el mercado el nombre del emisor y en un futuro permite volver a acceder al mercado con emisiones de mayor volumen y a más plazo”. Adolfo Estévez se mostró convencido de las posibilidades de esta fuente alternativa de financiación. “Veo futuro y veo mercado (…) Hay varias empresas explorando las posibilidades a corto y medio plazo y pronto veremos innovación en las emisiones que se realicen”, vaticinó nuestro experto. En este sentido, Ángel López-Corona (Didendum) llamó a facilitar nuevas fórmulas para las empresas y repetir modelos como el de las cédulas multicedentes, que agrupaban las emisiones realizadas por varias entidades.
Como afirmó Rafael Garcés (Bankia), se está ante una “oportunidad única para tener un mercado de capitales que ayude a las empresas a financiarse y exportar conocimiento”. Una opinión compartida por Adolfo Estévez: “Antes del desarrollo de esta plataforma se consideraba que una emisión de renta fija en el mercado high yield [tanto los bonos de Copasa, como los de Tecnocom se enmarcan en la categoría de alto rendimiento] debía ser de al menos 250 millones de euros para diluir los altos costes de estructuración. El mérito del MARF es haber conseguido que emisores con necesidades menores puedan acceder a financiación a unos costes similares al high yield”. El camino hacia una nueva realidad en la financiación corporativa española ya está dispuesto, ahora solo queda aprovecharlo.