Tras la crisis financiera internacional en la que nos encontramos sumidos, el papel de las agencias de rating ha sido muy cuestionado, llegando a ser incluso acusadas de ser unos de los causantes del problema al valorar con sus ratings más altos (AAA) a entes y productos estructurados que posteriormente sufrieron grandes pérdidas. En las últimas semanas, sus calificaciones nuevamente generan controversias ante las constantes rebajas de rating a los países periféricos en la Unión Europea, así como el “timing” del momento de la publicación de las nuevas calificaciones (ej. reducción a nivel de bono basura a Portugal cuando ya estaba implementando las medidas de ajuste).
Tal es el impacto de sus decisiones y su influencia sobre los mercados financieros internacionales, que sus ratings tienen un efecto directo e inmediato en la prima de riesgo y por ende, sobre el coste de financiación de los países, la evolución de los mercados bursátiles, las decisiones de inversión e incluso la política económica, siendo comprensible la susceptibilidad que despiertan cambios de calificaciones a veces de manera brusca.
Ante esta situación, se está generando una reacción en Europa para controlar y reducir el poder de estas agencias. La propuesta de los principales dirigentes europeos pasa por crear una agencia de rating europea que permita competir con las 3 grandes y transmita un punto de equilibrio al sector. Ya se han pronunciado a favor del proyecto Merkel,Sarkozy, Durao Barroso, Michel Barnier, etc. e incluso ha sido aprobada recientemente por el Parlamento Europeo una propuesta en este sentido (informe Wolf Klinz). Todos coinciden en la urgencia que requiere el proyecto, dada la percepción de que un competidor europeo traería un mayor equilibrio al sector.
¿Y por qué una agencia europea cambiaría la situación? Cuanto mayor sea la competencia en un sector, se dificultaría la adopción de prácticas oligopolísticas, y sería un aliciente a la mejora de la calidad de los servicios prestados por las actuales agencias, y a una rebaja de los precios de estos servicios. Por otro lado, el conocimiento cercano del mercado europeo a nivel social, económico, empresarial, es un factor que podría contribuir en unos ratings mejor adaptados a las realidades del mercado.
La regulación al respecto ha evolucionado notoriamente en los últimos años. Se ha creado un organismo europeo para el registro de las agencias de rating, ESMA, que controla que se cumplan los requisitos del Reglamento Europeo para agencias de calificación crediticia para asegurar la transparencia de las calificaciones de las agencias. De este modo, quedaría garantizado que las calificaciones otorgadas en Europa se rijan por un estricto marco regulatorio.
Con relación a este proyecto, han surgido una serie de propuestas en el sector privado que resultan de enorme interés. Las iniciativas del sector público en cambio están destinadas al fracaso ya que las mismas presentarían conflictos de interés incumpliéndose el principio de independencia y careciendo de confianza por parte de los interesados.
Las empresas que mejor posicionadas parecen estar para llevar a cabo este proyecto serían las empresas de información financiera y comerciales, con una dilatada experiencia en la provisión de calificaciones de sociedades mediante rating experto y modelos estadísticos. En los principales países de Europa, ya existen claros líderes de este sector, muchos como consecuencia de una previa consolidación de sus mercados.
A raíz de lo anterior, según las opiniones de los expertos, la opción más viable consistiría en la unión de estos líderes europeos a través de una red de agencias de rating para la creación de la Agencia de Rating Europea.
En España actualmente existen 3 empresas activas en este sector, ninguna de las cuales está actualmente en disposición de acometer el proyecto que se plantea en Europa, bien por falta de tamaño o por razones de independencia (Informa D&B es de accionariado público). Sin embargo, existe una solución factible para conseguir la presencia española en la futura Agencia de Rating Europea. En este sentido, axesor ha propuesto al Estado la compra de su participación en Informa D&B para ganar tamaño y de este modo, alcanzar el nivel de sus homólogos europeos.
La unión de Informa D&B y axesor se traduciría en una gran compañía especializada en la provisión de información de riesgo, con una próspera trayectoria empresarial, amplia experiencia en el sector, más de 100 millones de € de facturación, 600 empleados cualificados y presencia internacional.
La unión de estas dos empresas, permitiría asegurar la participación española en el proyecto europeo de rating. Se prevé que la creación de esta Agencia Europea podría ser inminente por lo que es importante empezar a dar los pasos para conseguir una participación española.
El tiempo apremia sin que el Gobierno marque una clara dirección que dirija a España a este propósito… Nuevamente España podría quedar excluida de los avances europeos perdiéndose nuestro conocimiento del país y la experiencia de nuestras calificaciones, en una Agencia Europea que previsiblemente contaría con la participación de homólogos europeos como Alemania, Francia e Italia. No hay duda que la participación Europea en el sector, contribuirá a hacer frente a la actual situación de incertidumbre, y desde axesor, estamos apostando por fórmulas que nos permitan formar parte de una nueva Agencia de Rating Europea.
Adolfo Estévez Beneyto, Director de Negocio, axesor rating