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El papel de la solvencia y la liquidez en tu empresa

Solvencia y liquidez

Muchas veces no distinguimos entre estos dos términos siendo las causas y consecuencias para las empresas entre ambas muy dispares.  Un problema de solvencia puede derivar en un problema de liquidez pero nunca un problema de liquidez puede derivar en un problema de solvencia.

A modo ilustrativo, si un coche tiene averiado el depósito y va perdiendo gasolina, este problema puede desembocar en que el coche se quede parado en el momento menos oportuno. Sin embargo la avería no se arregla simplemente repostando más gasolina, estando condenados a que se repita la parada una y otra vez hasta que se arregle el depósito.

Esto mismo le ocurre a muchas empresas que ante los primeros indicios de problemas de solvencia en vez de realizar un análisis y diagnosticar el problema simplemente inyectan “gasolina” liquidez, la mayor parte de las veces a costa de un mayor endeudamiento. Este comportamiento crea un círculo vicioso del que cada vez es más difícil salir, desembocando muchas veces en un concurso de acreedores e incluso en la extinción.

La falta de solvencia puede ser comparada con el desgaste de un motor, ya que va afectando a la empresa de forma gradual, y siendo a veces difícilmente detectable, termina en la rotura del mismo con la inevitable parada del coche. En esencia, el riesgo de solvencia radica en la incapacidad de la empresa de generar rentabilidad de forma recurrente para poder hacer frente a las obligaciones de pago.

La falta de liquidez sin embargo es como quedarse sin gasolina cuando el coche no puede andar aunque funcione perfectamente. De tal manera, una empresa rentable, sana y solvente puede dejar de pagar sus obligaciones por no disponer de liquidez en el momento del pago, existiendo por tanto un desajuste en los flujos de tesorería (no concuerdan de forma adecuada los plazos de cobros y pagos).

Por otra parte el quedarse sin gasolina se arregla simplemente echando más, siendo en teoría muy fácil evitar que esto suceda vigilando el indicador de nuestro depósito. De forma análoga el indicador de nuestra empresa es el flujo de tesorería y de cómo somos capaces de cuadrar pagos y cobros de forma adecuada. En este aspecto juegan un papel primordial los entes financieros que actúan como la reserva de nuestro coche antes de volver a repostar. Sin embargo, con la crisis muchas empresas han perdido la capacidad de acceder a la reserva o han visto reducida su capacidad.

En estos tiempos de crisis, es crítico para todas las empresas tener bien claro no solamente si son solventes ellas mismas para asegurar su supervivencia, sino asegurarse que sus clientes son empresas sanas que puedan hacer frente a sus pagos y así mitigar el efecto de posibles impagos que minen nuestros cobros en los tiempos estimados, pudiendo generar un problema de liquidez. Además tener una cartera de clientes sana y solvente es crítico para poder utilizarla para acceder a la reserva (líneas de descuento en las entidades financieras).

 

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Julián Villalba, Responsable de Modelos de Riesgo en axesor
Categorías: Temas empresariales
Etiquetas: empresas liquidez

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